martes, 1 de diciembre de 2009

Cambio de blog

Hola. He decidido unificar mis dos blogs en uno nuevo, http://cesarbtt.blogspot.com/, de forma que pueda contar aquí todo lo referente a mi afición por la bicleta: rutas, compras, bricos y demás fricadas. Por lo tanto doy por finalizado este blog. Si queréis seguir leyendo sobre mí sólo tenéis que acceder a http://cesarbtt.blogspot.com/

domingo, 5 de octubre de 2008

Epílogo


Ayer fue un día cargado de emociones y también de reencuentro con el mundo real. Siento no haber podido escribir esta entrada pero creía que era algo que no podía hacer con prisa. Primero un breve resumen de la jornada para ir calentando motores.

Dormimos en el albergue del Seminario Menor. Fue el más "caro" de todos, 10€, pero las instalaciones estaban realmente bien. Luis quería quedarse a descansar un poco más y yo bajé a eso de las 10 a callejear por Santiago y hacer algunas compras. Ya había estado en múltiples ocasiones en Santiago pero hoy era especial y apreciaba la ciudad de forma diferente a otras veces. Nunca había caído en la cuenta de la cantidad de tiendas de recuerdos que hay por cerca de la catedral. Es increíble.

A las 11:45 quedé con Luis en la Plaza del Obradoiro para ir a la misa del peregrino a las 12:00h. Entramos en la catedral y estaba todo ya completo. Quizás fue por eso por lo que no viví este momento con la intensidad que esperaba. La verdad es que ya estaba asumiendo que el viaje había finalizado. A pesar de ello varias ocasiones de la misa me parecieron muy emotivas. Varios curas de diferentes países dieron las benciciones a los peregrinos en sus respectivos idiomas. También fueron nombrando las procedencias e inicios de viaje de los peregrinos presentes (los que habían ido a obtener su compostela el día anterior, a nosotros no nos dijeron, claro. Fue un fallo por nuestra parte). Al finalizar la misa una rápida visita al sepulcro del apóstol y dejamos para mejor ocasión el abrazo a la figura del santo para evitar posibles colas en la oficina del peregrino (vivimos a menos de una hora en coche, no tiene mucha importancia). Dicha oficina está en la plaza de la fuente de los caballos haciendo esquina. Ahí nos dieron la Compostela que orgullosos mostramos en la foto (aunque la calidad de la cámara del móvil nos hiciera una mala jugada y parezca que sostenemos folios en blanco).

Para volver a Coruña utilizamos el tren regional. Ya se que pudimos hacer una etapa más y llegar en bicicleta pero el objetivo era llegar a Santiago y conseguido este el nivel de adrenalina había bajado y sinceramente no apetecía en absoluto pedalear una jornada más. No hubo problema para subir con las bicis aunque el "amable" revisor nos recordó que aunque haya sitio para bicis en el primer y último vagón y así esté claramente señalizado en la puerta del mismo sólo deberíamos saber que sólo pueden ir en el último a pesar de que eso no esté escrito en ningún lado.

Resumida nuestra última jornada llega el momento de sacar conclusiones. Lo primero es que la experiencia ha sido extremadamente positiva y que se la recomiendo a todo el mundo. Cuando no has hecho el camino uno piensa en las duras jornadas caminando que tendrán la recompensa de ver ciudades y pueblos con sus distintos monumentos. Lo que uno no se da cuenta hasta que lo ha hecho que el verdadero monumento que uno vera en el camino es la mejor esencia del ser humano.

Y es que el camino es un mundo a parte. Cualquier peregrino que intente sentir el camino intentara sacar lo mejor de uno mismo y ser un poco mejor cada día. En el camino se puede respirar solidaridad y optimismo allí donde uno vaya. Un buen peregrino siempre tendrá una sonrisa y un saludo a tu paso y una mano tendida ante cualquier problema que surja. Ejemplo de ello mi amigo (porque ya lo considero así) Jorge que me sacó del apuro de la bajada de la cruz de ferro. Otra prueba de ello es que en los albergues uno dejaba sus pertenencias toda la tarde encima de la cama. Cualquiera podría haber cogido toda la mochila y llevársela pero no fue así. No dudo que haya ciertos individuos mal intencionados que se alojen también en los albergues y que provoquen que la existencia de un cierto porcentaje de robos pero aún así me ha sorprendido y casi maravillado la honradez con la que todo el mundo parecía querer actuar.

Otra parte esencial del camino son los ánimos que uno recibe de la gente de su entorno. Ese calor lejano que uno recibe de los amigos es otra de las grandes sensaciones que se aprende a valorar de una forma muy especial. Cuando se está lejos de casa se aprecia muchísimo incluso la demostración más pequeña de que alguien se acuerda de ti. Es cierto el refrán de que "Los amigos se ven en las ocasiones" y he tenido la gran suerte de que tuve muchas más buenas sorpresas que triestes decepciones (que por supuesto también hubo alguna).

En el camino da igual la raza, el sexo, la edad, la condición física o la social pues ahí todos somos peregrinos. Ojalá cada uno de nosotros traslade a su vida cotidiana un poquito del sentimiento que hemos aprendido en el camino.

Todo tiene un comienzo y aunque no nos guste también un final. Pero normalmente el final de algo representa también el principio de algo distinto por lo que no tenemos que apenarnos sino coger con ilusión y ganas lo nuevo que comienza. Por eso esto no es un adiós sino un hasta luego.

Ultreia et suseia!

TO BE CONTINUED IN ... http://elcamino2009.blogspot.com

sábado, 4 de octubre de 2008

SANTIAGO!!!

Hoy correspondía poner el título "Etapa 13: Arzúa - Santiago (37 km)" pero dadas las circunstancias me apetecía poner algo más expresivo.
Al final no pude resistir la tentación y fuimos a la plaza del Obradoiro. Estuve un buen rato tirado en medio de contemplando la catedral. Es preciosa. Nunca me lo ha parecido tanto. Gracias a todos los que nos disteis ánimos durante este viaje. Dicho todo esto comencemos con la crónica de la jornada.
El día amaneció totalmente cubierto de niebla. Como estábamos en un albergue privado aprovechamos para salir más tarde y así esperar a que despejara un poco. A las 10 comenzamos nuestro último día de ruta. En mi interior dos fuerzas opuestas: por una parte saber que estás a punto de llegar a la meta soñada hacia que mis fuerzas me permitieran volar sobre la bicicleta; por otra parte también por saber que estás a punto de llegar a la meta soñada sabía que el camino estaba a punto de terminar por lo que cualquier cosa me parecía buena excusa para parar o al menos disminuir la marcha.
La niebla que nos acompañó hasta superar el río Tambre le daba al camino un aire místico y mágico como sí fuera un augurio de que hoy era el gran día.
Los km iban transcurriendo por sendas entre frondosos bosques, a veces de pinos otras de eucaliptos pero siempre acompañados por un sin fin de peregrinos. Ciertamente algunos tramos de esta última etapa parecía el paseo marítimo una tarde soldada de julio (la gente de Coruña sabrán bien a lo que me refiero) sin embargo curiosamente no vimos ningún otro bicigrino. A pesar de ello puse especial énfasis en saludar a cada peregrino que adelantamos. Quizás con eso pretendía transmitirles parte de la emoción que me embargaba paulatinamente a medida que nos acercabamos a nuestra meta.
Tras serpentear a un lado y otro de la general (muy mal por la Xunta por no proveer de pasos subterráneos en todos los cruces con la nacional) llegamos a las inmediaciones del aeropuerto. Un duro ascenso de 2 o 3 km que sin embargo hoy subí como empujado por una fuerza especial, la fuerza que me daba imaginar las torres de la catedral que ya casi podía sentir.
Pasado el aeropuerto un par de rampas y sus correspondientes subidas para llegar al monte del gozo. Antes de ello me equivoqué de camino y de casualidad llegué a las oficinas de mi amigo Marcos donde recogí sus alforjas hace escasamente 3 semanas. Para mis adentros pensé "aquí comenzó todo". Un suspiro, una foto y marcha atrás para volver a localizar las flechas amarillas.
Al pasar el monte del gozo ya se diviso Santiago. Procure no buscar con la mirada las torres de la catedral entre las casas. No quería verlas antes de tiempo, todavía no. Un rápido descenso y ahí estaba el cartel que anuncia el nombre de la población. "Santiago" ponía. En este momento me acorde del letrero que había en Roncesvalles "Santiago 790". Cuanto camino recorrido y ahí estaba, a las puertas de conseguir el reto personal.
A partir de aquí ya no veía las flechas amarillas. Ya había estado en muchas ocasiones en Santiago y mis piernas ya se dirigían solas hacia la catedral, tanto que por constumbre eligieron el camino que baja por las escaleras que llevan al hostal de los reyes católicos. Me eché la bici al hombro para bajar los escalones que eran mi último escollo antes del glorioso momento. Curiosamente en este momento la bicicleta me pareció ligera como una pluma. Al llegar a la plaza fui hasta el centro teniendo cuidado de no girar la cabeza hacia la catedral, deje la bici en el suelo, inspire aire hondo, expire y me volví. Ahí estaba la catedral iluminado por un magnífico sol más magestuosa que nunca. Me tumbé en el suelo y la seguí contemplando inmóvil varios minutos. Hoy la veía absolutamente diferente. Era como sí mi mente percibiera mucho más nítidamente cada detalle, cada tono de color, cada matiz en las figuras. Supongo que más de 700 km esperando este momento habrían entrenado mi mente y mis sentidos de una forma especial.
He de reconocer que por unos momentos pensé en entrar. Era como sí la catedral me estuviera llamando insistentemente. Aún así quería dejar ese momento para la misa del peregrino de mañana, justo antes de recoger el merecido reconocimiento de nuestro esfuerzo: la compostela.
Hoy hemos puesto el penúltimo sello en nuestra credencial en el albergue del Seminario Menor (el último será mañana en la oficina del peregrino). El albergue está muy bien y tiene como principal ventaja estar a 15 minutos andando de la catedral. Mañana dejaremos las bicis y las mochilas aquí mientras vamos a comprar recuerdos y a la misa del peregrino.
Mañana será sin duda un día muy intenso emocionalmente. El fin del camino y la vuelta a la vida real tendrán lugar en escasas horas. No se sí lo he asimilado de momento pues creo que mi mente aún sigue contemplando la fachada de la catedral. Mañana a medida que vayan pasando las horas iré tomando conciencia de todo y espero poder expresar con más claridad todo este vendabal de emociones. Mientras tanto sólo decir por última vez "Buenas noches y buen camino" pues el siguiente post ya lo haré desde Coruña y ahí sí que el camino habrá terminado realmente.
PD.: hoy acompañan este texto dos fotos. En la que estamos Luis y yo es la que consideraré foto "oficial" de este blog. La otra en la que salgo con la camiseta del club la he incluido con especial cariño a mis compañeros del club de ciclismo Riazor que han tenido buena parte de "culpa" de esta aventura. Sí no me hubieran metido en la "locura" de la bici no creo que hubiera vivido nunca esta aventura. Un abrazo para todos vosotros

jueves, 2 de octubre de 2008

Etapa 12: Portomarin - Arzúa (55 km)

Hoy ha sido un día en el que he vivido el espíritu del camino en toda su plenitud. Nos lo hemos tomado con calma desde el principio, hemos hablado con la gente, saludado a todos los peregrinos, degustado una estrella galicia con un madrileño y una alemana... De esta forma los km fueron pasando casi sin darnos cuenta ya que lo que media hoy el progreso de la etapa no era la distancia recorrida sino el número de experiencias acumuladas.
La mañana comenzó oficialmente a las 7:30 cuando encendieron las luces del dormitorio del albergue. No nos dimos prisa en salir ya que todavía era de noche y no queríamos montar las luces en la bicicleta para sólo unos km. De esta forma comenzamos el trayecto a las 8:30. Lo primero tomar otro par de instanteas del impresionante estado del embalse de Portomarín que atravesamos por un estrecho puente peatonal de metal. Luego unas cuestecillas para ir entrando en calor. Por cierto, hoy me dolían las piernas al despertar por lo que por una vez estiré bien y puede que fuera por eso o no pero me encontré bastante bien.
El trayecto fue un 50% asfalto y un 50% corredoira. Constantes subidas y bajadas que no dejaban enfriar las piernas. Lo que sí enfriaba y de que manera era el resto del cuerpo en las bajadas con el aire frío.
En Arzua nos volvieron a rechazar en el albergue público por ser ciclistas. Afortunadamente pocos metros más abajo estaba el albergue privado "da fonte" que fueron 7€ y está mucho mejor que cualquiera público. Como ejemplo las habitaciones son de 4 camas y hoy la tenemos sólo para nosotros 2.
Como veis no ha pasado nada especial, no hemos conocido grandes personajes ni superamos grandes cimas. Sin embargo en mi interior siento que ha sido un gran día, posiblemente el día más "auténtico", cuando más he vivido el camino. Lo malo es que ahora que creo hacer asimilado el verdadero espíritu del camino mañana este llegará a su fin. Pero sólo "este camino". Hay todavía muchos caminos y muchos años por delante. Pero esta es otra historia que ya comentare en el epílogo de este blog.
Mañana sin duda será un día especial. 38 km nos separan de Santiago. 38 km de ver las torres de la catedral. Aún recuerdo cuando una semana antes de emprender esta maravillosa locura fuimos al Decatlhon de Santiago y dije "La próxima vez que vea esta ciudad se me caerán las lágrimas". No se sí esto va a ser así pero mañana lo descubriré.
El plan es llegar a Santiago para comer y aunque estemos ahí evitar acercarnos a la catedral para dejar el gran momento para el sábado a eso de las 11 para asistir a la misa del peregrino a las 12 y dar así por finalizado el reto ... de momento.
No se sí esta noche dormire bien o no. Me estoy autoconvenciendo que el gran día es el sábado a propósito para dormir hoy aunque nadie me conoce mejor que yo mismo y dudo de mis fuerzas para alejarme mañana de la catedral ...
Mañana os lo contaré. Buenas noches y buen camino

Etapa 11:Triacastela - Portomarin (49 km)

Quería resumir en una sola palabra esta etapa pero no doy elegido entre dos que la describen perfectamente: "Belleza" o "Galicia". Acaso no sabré elegir porque ambas significan lo mismo?
Y es que desde que entramos a Galicia los trayectos son de una belleza sin igual discurriendo por caminos entre árboles que entrecruzan sus ramas sobre nuestras cabezas, pequeñas aldeas que nos trasladan al pasado, puentes para cruzar una y otra vez los ríos que bordean el camino constantemente. En definitiva, que cualquiera que haga el camino y que haya pasado 2 semanas caminando por Castilla tienen que quedar éxtasiados cuando llegan a Galicia. Dicho esto pasemos a describir un poco la jornada.
Esta noche habíamos parado en un albergue privado. La verdad mucho mejor que uno público aunque faltaba el ambiente de "gran familia" que hay en uno público. Aquí era gente más "fina" que iba a su aire. Como muestra fuimos los únicos que cocinamos nuestra cena, el resto fue a cenar fuera. Pues bien, como la hora de salida del albergue era a las 12 y el día anterior habíamos adelantado 22 km decidimos darnos el gustazo de dormir hasta tarde, hasta las 9, je, je.
Salimos del albergue sobre las 10:30. Justo al final de Triacastela el camino se bifurca a izquierda y derecha. Nosotros cogimos a la derecha pues queríamos ir al monasterio de Samos. Nada más girar una subida por carretera que sí coincidiera a otras horas ni mencionaría pero siendo en el primer minuto de marcha del día me pareció otro Cebreiro. El cansancio se va acumulando y cada día mis piernas tardan más en calentar.
Tras dos o tres km por carretera hay un desvío a la derecha en donde empieza un bello camino típicamente gallego con sus corredoiras, aldeas y vacas. Aunque vuelve a salir a la carretera 4 km más adelante merece la pena cogerlo. Además, a pocos metros de volver a la carretera encontramos otro sendero que ya nos llevará hasta el monasterio.
El monasterio de Samos es de los más importantes y bonitos de Galicia. Sellamos ahí la credencial y nos dijeron que iba a empezar una visita guiada por 3€. Decidimos apuntarnos y no estuvo mal aunque esperaba algo más espectacular. Creo que he visto demasiadas catedrales en los últimos días ...
Continuamos por más sendas en medio de la naturaleza hasta que llegamos a Sarría donde comimos. Al salir del pueblo alguna subida que me tomé con mucha calma al estar haciendo la digestión. Que mal me sienta pedalear después de comer, decididamente para el camino de santiago hay que hacer horario de funcionario, de 8 a 3 y la tarde para descansar.
Continuamos nuestro viaje hasta el destino de hoy, Portomarin. Como seguramente sabreis el antiguo pueblo de Portomarin fue sumergido al hacer un embalse por lo que se construyó uno nuevo más arriba. Incluso la iglesia fue movida piedra a piedra y en alguna de ellas aún se nota la numeración que le pusieron para reconstruirla. Pues bien, quedamos boquiabiertos al ver el embalse casi vacío a emergiendo de él los restos de las casas y calles del antiguo pueblo. La verdad es que no contaba con ver en Galicia un embalse con tan pocas reservas de agua.
En el albergue tuvimos suerte y nos dieron prácticamente las últimas camas. No nos podemos quejar ya que dormiremos en cubierto por 3€ pero es el albergue con menos espacio en el que hemos estado habiendo verdaderos problemas para moverse por la habitación saltando sobre las mochilas de la gente.
Estamos a sólo 92 km de Santiago. El final de la aventura está a la vuelta de la esquina. Ya hemos superado las mayores dificultades y ahora cada metro que recorremos por Galicia se disfruta con un sabor agridulce. Dulce porque es nuestra bella tierra y una maravillosa recompensa a nuestro esfuerzo. Y agrio porque cada metro que recorremos nos acerca al final de esta aventura que hasta ahora sólo ha tenido buenos momentos. Pero ya lo dice el refrán "no llores porque haya terminado, sonríe porque lo has vivido".
No me voy a poner más filosófico hoy que ya habrá ocasión en los próximos días así que mientras no entre por la puerta de mi casa hay camino por lo que tengo que terminar diciendo como siempre ... Buenas noches y buen camino
PD.: este post lo tuve que enviar al día siguiente porque desde el albergue de Portomarin fue imposible hacerlo